Algo está pasando, algo huele mal.

Son demasiados los datos.

Los estudiantes en la calle, los mineros en la calle, los ambientalistas en la calle, los profesores en la calle, los deudores habitacionales, los damnificados por el terremoto, los 33 del refugio, los mapuches para que decir.

Y usted?  Y  nosotros?  …..Ah!  nosotros  “urmiendo”

Años atrás, y parece que históricamente también, los artistas han sido un catalizador del descontento  social, el teatro y la música han sido reflejo de la convulsión y  de la vanguardia.

Por qué  ahora estamos mirando la tele?

Me lo pregunto mientras miro el clima para saber si mañana lloverá o no…porque si llueve no sé si ir o no a la marcha convocada.

Es que resulta difícil pensar en marchar por reivindicaciones que no son directamente mías, cuando estoy calientita en mi cama con la “escaldasono” prendida, cuando no me duele ni la guata de hambre, ni los pies de frio…. o el bolsillo.

Pero igual algo me duele….más adentro….en algún lugar que no se define entre el cerebro, la garganta o el pecho. Un dolor ancestral que sube y baja por mi espalda cuando veo y  escucho las noticias, cuando me doy cuenta de cómo me mienten  y  me miento, como me engañan y me engaño, como me oprimen y me acobardo.

Pueden ser los años demás, la desilusión de la alegría que nunca llegó o simplemente la flojera del invierno, pero algo me dice que nada justifica mi desidia. Por eso me escribo esta reflexión para animarme a levantarme mañana, ponerme mi  overol de la Agrupación de Actores y salir a la calle a decir que no me gusta el orden de las cosas y  que otro mundo es posible.

                                                                                                                                             Rosana Ilabaca

                                                                                                                                             Actriz